Programas de Mentoría de impacto para emprendedores reales

Las sesiones son de 60 minutos y se hacen por videollamada (Google Meet). Nada de plantillas ni teatrillos: una conversación real, directa, sin adornos. Tú cuentas. Nosotros preguntamos, sacudimos y apuntamos al centro. Queremos que salgas con claridad, enfoque y decisiones. No con más dudas.

Antes de empezar, te mandamos un formulario breve pero potente. Ahí nos explicarás tu modelo de negocio, tu situación actual y tus objetivos. Este ejercicio te sirve a ti para ordenar ideas, y a nosotros para prepararnos bien. No es un trámite: es parte del método. Sé honesto y directo en tus respuestas. Cuanto más claro seas, más útil será la mentoría.

Sí. Siempre que sea legal, trabajamos con cualquier sector y tipo de negocio. Lo que sí hacemos es evaluar la viabilidad de tu idea. Si creemos que no tiene futuro o que está mal enfocada, te lo diremos.

Tienes 3 meses desde la primera sesión para completar las 4. Nuestro consejo: espacia entre 1 y 2 semanas entre sesión y sesión. Así puedes aplicar lo hablado y llegar a la siguiente con avances reales y habiendo puesto en práctica nuestras recomendaciones.

Claro. Si quieres empezar por una sola, reserva una "Descarga eléctrica" y prueba. Sin permanencias, sin suscripciones. Una sesión, un impacto. Y si quieres más, hablamos.

No somos gurús fantasmas ni influencers de humo. Tenemos una web real, con clientes reales y años de cicatrices encima. No nos vamos a esfumar. Y si lo hiciéramos, al menos sería de forma épica.

Más de 25 años emprendiendo. Más de 50 empresas creadas y/o dirigidas. 4 continentes, cientos de errores y algunos éxitos. Esto no va de postureo con títulos colgados, sino de haberlo vivido todo y seguir aquí. Hemos ayudado a más de 200 emprendedores a arrancar y hacer crecer su negocio.

Nuestros mentores tienen formación real: emprendiendo, trabajando, cayéndose y volviéndose a levantar. Sí, hemos estudiado Económicas o Empresariales, y también tenemos un MBA y decenas de cursos… Pero, honestamente, eso no es lo importante. Los títulos sirven para colgarlos en la pared. Lo que cuenta aquí es la experiencia en la calle, las hostias recibidas y los negocios que han funcionado (y los que no). Eso es lo que marca la diferencia.

Sí, pero con sentido común. Avísanos con mínimo 24h de antelación y reprogramamos sin drama. Si no avisas o desapareces, la sesión se pierde. Respetamos tu tiempo, y esperamos lo mismo.

Sí. Si creemos que no podemos ayudarte, te lo decimos antes de empezar y te devolvemos el dinero. No somos para todo el mundo, ni lo pretendemos. No vendemos humo. Vendemos verdad. Y si no encajas, te lo diremos con la misma honestidad con la que trabajamos.

No te vamos a obligar, pero sí: vamos a exigirte acción. Lo que trabajemos en la sesión no sirve de nada si no lo aplicas. Y si tú quieres, puedes compartir lo que avances entre sesiones: lo revisamos, lo analizamos y te damos feedback sin anestesia. Si hay info privada o sensible, tú decides qué compartir. Aquí no hay presión, hay respeto.

Lo que se dice en Mentoría Punk, se queda en Mentoría Punk. Nos comprometemos por escrito a no divulgar, reutilizar ni compartir tu información bajo ningún concepto. Firmamos un acuerdo de confidencialidad (NDA) al empezar, para que puedas hablar sin filtros y con total confianza. Ni vendemos datos, ni cotilleamos, ni tomamos ideas prestadas. Tu proyecto es tuyo. Y tu privacidad, sagrada.

No improvisamos nada. Aunque tengamos experiencia, talento y visión, cada sesión se prepara a conciencia. Por eso, antes de la primera reunión, te mandaremos un formulario para que nos cuentes lo básico sobre tu proyecto. Ese formulario nos permite personalizar la sesión al 100%. No somos gurús con frases de manual: somos cirujanos, y no operamos sin leer el historial clínico.

Pues entonces lo estamos haciendo bien. No estamos aquí para caerte bien, sino para ayudarte de verdad. Y a veces eso significa decirte que tu idea no vale ni para envolver pescado. Si eso te ofende, no somos tu sitio. Si te espabila… bienvenido. Eso sí: lo haremos con educación... y con estilo.